miércoles, 28 de mayo de 2014

Unas romanas béticas

Hola soy Dione y esta es mi hermana Aelia, y somos unas jóvenes romanas. Vivimos en Roma, nuestro pueblo quiere conquistar la Península Ibérica (Hispania). Nosotros nos enfrentamos a los cartaginenses, la conquista duró 200 años. En el año 218 a. C., los romanos desembarcamos en Ampurias.


Hemos construido alfiteatros, circos, puentes, un coliseo romano...


La sociedad hispanorromana estaba ornanizada en personas libres y personas esclavas. Entre las personas libres había mujeres y hombres muy ricos, como los grandes comerciantes, los propietarios de extensas tierras y las familias que procedían de Roma, y otros más humildes, como los artesanos y los pequeños comerciantes y propietario agrícolas. Los esclavos eran propiedad de otra persona y trabajaban en el campo, en el servicio doméstico, en las minas o como gladiadores en el circo.


Una vez conquistada Hispania, nosotros los romanos la incorporamos al Imperio y organizamos al territorio para controlarlo mejor. Primero, dividimos Hispania en provincias y al frente de cada una pusimos a un gobernador. El número de provincias fue aumentado con el paso del tiempo. Al principio eran dos, después fueron tres y en el siglo III d. C. se habían creado cinco provincias: Bética, Lusitania, Tarraconense, Gallaecía y Cartaginense. Además, nosotros implantamos en todo el territorio las leyes del Imperio. El derecho romano es la base de muchas leyes de tenemos en la actualidad.


La romanización comenzó con los legionarios, que eran los soldados romanos. Nosotros nos establecimos en los poblados celtas e ibéros y los transformamos en ciudades romanas. Además, la población hispanorromana aprendió en latín, que sustituyó a las lenguas que se hablaban en la Península antes de la conquista romana. Solo se mantuvo una lengua prerromana, el euskera. La religión también cambió. Al principio de la conquista, la mayor parte de la población hispana adoptaban nuestros dioses romanos. En cambio, en el año 380 d. C., el cristianismo se convirtió en la religión oficial de todo el Imperio romano



Nosotros somo excelentes constructores. Construíamos con los dos nuevos metales: el cemento y el hormigón, que es una mezcla de de piedras, cemento y arena. Para decorar los suelos y las paredes, nosotros realizábamos pinturas o elaborábamos mosaicos a base de pequeñas piedras o cristales de colores.



Bueno nos despedimos, un abrazo ¡Hasta pronto!
Dione y Aelia (Salomé y Marta)

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